martes, 25 de marzo de 2008

"HOODIES": LA ÚLTIMA EXPRESIÓN DE VIOLENCIA JUVENIL EN EL REINO UNIDO

El asesinato a sangre fría de pequeño Rhys Jones, de 11 años, mientras jugaba al fútbol en un suburbio de Liverpool a manos, presuntamente, de dos jóvenes de 14 y 18 años, es sólo el último fogonazo de una explosión de violencia juvenil sin precedentes.


Los llaman 'hoodies' (encapuchados) o 'yobs' y son jóvenes gamberros que se reúnen las noches de viernes y de sábado en torno al alcohol barato de los supermercados. Primero se ponen hasta las cejas de sidra, vino o cerveza y luego salen de caza en busca de una pelea que aporte algo de emoción al fin de semana.

Hay muchos casos más. Y no sólo de armas de fuego. Los apuñalamientos y las palizas empiezan a convertirse en una sección fija de los periódicos.



El jefe de policía que lleva el caso saltó a las portadas de los periódicos al proponer elevar la edad de consumo de alcohol a los 21 años, prohibir las ofertas alcohólicas en los supermercados y redactar una especie de Ley Antibotellón como la que ya opera en algunas comunidades españolas.

Los hechos parecen haber hecho recapacitar al líder conservador, que vuelve a defender más dureza para luchar contra la violencia de bandas que sólo en Londres se ha cobrado la vida de 17 jóvenes en lo que va de año.

martes, 11 de marzo de 2008

Un joven de 17 años resulta herido muy grave al ser atropellado





















El conductor, que se dio a la fuga, fue detenido por la Guardia Civil.


Un joven menor de edad resultó ayer herido de gravedad al ser atropellado por un coche junto a la discoteca de Lucena. El siniestro tuvo lugar a las 7.30 horas de la mañana cuando Alberto Jesús García Serrano, de 17 años, se encontraba en las inmediaciones de la discoteca y fue arrollado por un SEAT Ibiza de color blanco, con matricula 3796 BDG, que, al parecer, hizo un trompo y se llevó por delante a esta persona.

Después del siniestro, el conductor del automóvil, U.S.G, de 19 años de edad, se marchó acompañado de otros dos jóvenes, vecinos todos ellos de la localidad sevillana de Dos Hermanas. Tras ser comunicado el hecho al 112 se montó un dispositivo por parte de la Guardia Civil para encontrar el vehículo.

Primero se detectó la presencia del automóvil en Encinas Reales al realizarse en un control de alcoholemia que lograron evadir. Al parecer, los jóvenes dieron la vuelta otra vez hacia Lucena y más tarde la Guardia Civil logró detenerlos cuando iban en dirección a Puente Genil por la A--318. Tras ser detenidos, han sido puestos a disposición judicial.

Por su parte el joven herido, que es natural de Córdoba, fue inicialmente trasladado al hospital Infanta Margarita de Cabra, pero más tarde fue llevado al hospital Reina Sofía de la capital, donde fue intervenido quirúrgicamente.

MUY GRAVE Fuentes del complejo hospitalario informaron ayer de que el joven presenta un grave traumatismo craneoencefálico y también traumatismo abdominal. Fue intervenido por la unidad de neurocirugía y anoche se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos. Su pronóstico, según señalaron las fuentes del Reina Sofía, es "muy grave".

LA VIOLENCIA MÁS INCONSCIENTE

La muerte de un menor de 17 años apuñalado a las puertas de una discoteca de Benalmádena (Málaga) el 18 de noviembre del año pasado por dos jóvenes de 20 y 17 años ha reabierto el debate sobre la violencia de los adolescentes, un fenómeno que se extiende a todos los estratos sociales y económicos y cuyas manifestaciones más alarmantes no han dejado de crecer.

El inspector del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaria de Málaga Faustino Pretel asegura que "Los adolescentes no tienen capacidad para medir la repercusión de sus acciones violentas". Según este inspector, con experiencia en todas las zonas de la ciudad, "entre los jóvenes falta conciencia de que la violencia no sale gratis". Además, cree que el cine y la televisión "han influenciado en la violencia juvenil".

La delincuencia juvenil se da en todos los estratos sociales, pero los hechos más graves suelen tener como responsables a niños procedentes de familias desestructuradas y con antecedentes de consumo de alcohol y drogas. "Es muy común que cuando me traen a un menor detenido y le pregunto por sus padres, me diga que su madre se quedó acostada y su padre no durmió en casa", afirma la fiscal de menores de Málaga, Isabel Fernández Olmo.

Frente a este tipo de agresividad natural, presente en todo tipo de adolescentes, y que se manifiesta en pequeños vandalismos, absentismo escolar o consumo de alcohol y drogas, surge la delincuencia juvenil y las conductas antisociales graves, como los robos, las agresiones físicas y sexuales e incluso el homicidio.

Antonio Andrés Pueyo, catedrático de Psicología de la Universidad de Barcelona y responsable del Grupo de Estudios Avanzados en Violencia, aboga por la detección y tratamiento precoz de los casos de agresividad juvenil. Y utiliza la receta clásica: "Los padres tienen que conocer muy bien a sus hijos". Y da unas cuantas pautas: "Hay que estar atentos a los cambios bruscos en el comportamiento, como los engaños, la falta de rendimiento escolar o las nuevas compañías del niño. Vigilar el consumo de drogas y alcohol, un factor de riesgo potentísimo y supertolerado. Buscarle al niño actividades pro-sociales, como el deporte. Reducir la conflictividad familiar, ya que poner tus problemas por delante de los de tus hijos puede ser fatal. Y en los casos más graves, acudir a un especialista.

martes, 4 de marzo de 2008

YO SOY UN LATIN KING


Un miembro de esta banda juvenil relata cómo entro a formar parte de ella y cómo es su vida.

No quiere que lo reconozcan porque no le está permitido hablar de su organización y porque no está dispuesto a que los Ñetas, la banda rival, se fijen mucho en su cara. Por eso pide llamarse Adrián, se pone de espaldas, oculta los tatuajes de sus manos y, una vez hecha la foto, tira a una papelera de su barrio del sur de Madrid la camiseta vieja y la gorra -la gorra es tan importante como la camiseta- que ha usado para posar.Después busca un rincón apartado y en una escalinata pelada al lado del metro cuenta el principio de esta historia: "Cuando llegué de Ecuador, en 2003, tenía 14 años y no conocía a nadie. En mi barrio de Guayaquil la vida era dura: nos drogábamos con pegamento y cuando estábamos puestos nos hacíamos cortes en el brazo con un cuchillo para que vieran que éramos valientes. Nos peleábamos mucho con otros barrios. Y en casa no había plata. Pero en Madrid fue peor: me pasé un año entero solo, sin amigos, bajando todas las tardes al parque, donde me quedaba sentado en un banco. Luego me iba a casa a ver televisión. Conocía a gente en el instituto, españoles y ecuatorianos, pero no salía con ellos, no tenía conversación. Eso sí fue duro".
Al año de estar aquí, en ese mismo parque, conocí a los Latin Kings. Me preguntaron si aguantaría todo por entrar, que me lo pensara. Les conteste que sí. Yo quería conocer gente".Adrián dejó el instituto. Ahora trabaja de albañil. También su hermano y su padre. Su madre, que es ama de casa, no tiene ni idea de que tanto él como su hermano mayor pertenecen a los Latin Kings. Este grupo, compuesto de jóvenes de 13 a 22 años, la mayoría ecuatorianos, se mueve a caballo entre la pandilla juvenil y la secta religiosa. Sus reyertas con bandas rivales -sobre todo con sus enemigos íntimos, los Ñetas, de idénticas costumbres y extracción social- han acabado con chicos muertos a cuchilladas en Madrid y Barcelona.

Un mando policial experto en este tipo de pandillas aseguró el jueves que en la capital se cuentan más de 500 jóvenes miembros de estas bandas. Y que el número crece. De hecho, la Dirección General de Policía tiene previsto aumentar los agentes dedicados a controlarlos."Luego me pidieron para entrar como hermanito en observación 30 segundos de pared. Una pared es que te pones frente a un muro, te tapas tus partes con las manos y aguantas los puñetazos en el cuerpo que te da un rey o un suprema [rangos supe-riores] en el cuerpo y en las piernas. Así entré. Tenía que entregar tres euros a la semana, para el grupo, obedecer a los reyes o supremas y aprender la historia de los Latin Kings, que nacieron en Chicago en 1940. También aprendí nuestros saludos con las manos, las coronas de tres o cinco puntas", cuenta Adrián."Nos reunimos en parques, y siempre empiezan igual: nos colocamos pie contra pie, formando un círculo, y nos saludamos, nombrándonos con nuestra chapa [mote], luego los reyes preguntan qué tal en casa, si tenemos comida o sitio para dormir... Si no es así te ayudan. Hay grupos que te piden que robes para conseguir la cuota de la semana, y si no la consigues te dan una pared de 60 segundos, pero en el mío no. A mí me han castigado porque a veces he contestado a mi madre. Porque el padre y la madre son reyes y reinas y merecen respeto. Pasó el tiempo y ascendí: ahora soy aprobatoria juramentada. Y pronto seré rey", añade.Cada tarde, al salir del trabajo, a las siete de la tarde, Adrián se junta con sus amigos ecuatorianos en el parque: varios de ellos pertenecen también a los Latin Kings. Los otros sólo son simpatizantes. Se sientan en el césped, beben cerveza, comen pipas y escuchan música con los cascos. Todos tienen la misma edad: de 15 a 18 años. Sus hermanos pequeños se han integrado algo mejor en España y siguen estudiando; sus padres, preocupados sobre todo en trabajar, también. Ellos, arrancados de su mundo y trasplantados a otro en plena adolescencia, no pertenecen ya a sus barrios de Guayaquil, pero tampoco a los nuevos de Carpetana, Vallecas, Aluche o Usera, donde siguen sintiéndose extranjeros. Por eso, aunque tienen zonas de influencia, su verdadero territorio es otro, y ni siquiera es un lugar físico o localizable en un mapa. Su territorio son los otros miembros del grupo: "Los Latin Kings no son una asociación, son una nación, son mi gente, los hermanitos somos la gente", explica Adrián."Hace meses vestíamos como latin kings, con pantalones anchos, con ropa negra y dorada. Ahora no: así evitamos a la policía. Además, también están los Ñetas. Yo, cuando voy a la zona de los Ñetas, en Vallecas, me visto como ellos. Con camisas blancas, rojas y azules, para que no me reconozcan", agrega.

Ocho heridos y cinco detenidos en una pelea entre bandas (Madrid)


Ocho heridos -cinco por arma blanca y tres por contusiones- y cinco detenidos es el resultado de una pelea protagonizada por dos bandas juveniles -una de ellas de Madrid-l fin de semana a las puertas del bar El Truco.

Efectivos policiales se incautaron de cuchillos y cadenas y procedieron a la detención de cinco jóvenes, algunos de ellos menores de edad, como presuntos autores de un delito de homicidio en grado de tentativa. Las dos bandas que se enzarzaron en esta pelea están formadas por jóvenes españoles y latinoamericanos, en su mayoría originarios de la República Dominicana.